martes, 29 de noviembre de 2011

Un tigre en la bañera

Ana tenía 7 años
y adoraba
las naranjas,
las magas
y pintar en las aceras.

Su lugar favorito era la bañera.
Porque era blanca, larga y fresquita.
Esa tarde, al llegar a casa,
algo extraño encontró en el fondo:
Era largo, peludo y picaba.
Era una raya.
¿De lápiz?
¿De pez?
¡NO!
¡¡De pelo!!

Pero no era un pelo cualquiera...
Entonces escuchó
un gemido,
un quejido,
un gruñido (todo junto)
Un “ay”, que brotaba de debajo de su cama.
¡¡De la cama de Ana!!

Era un tigre pelirrojo con el rabo gordo.
O eso parecía porque a Zarpa
(que así se llamaba el tigre)
¡Se le caían las rayas!

-Ana, tenía 50 rayas.
Y sólo me quedan 3 –dijo Zarpa lloroso-
Los animales del zoo se ríen de mí:
-Me llaman pelón, minino, soso
He escapado de su acoso…

-Pobrecito Zarpa, contestó Ana.
¡Si eres un tigre muy guapote!
Le rascó la cabezota y el bigote.
-Iremos a hablar con mi mamá,
(Se llama Juana)
que te escuchará,
y alguna solución encontrará.


Pero la mamá de Ana
No entendía nada.
¿Qué rayas necesitas?
¿Una raya de lápiz?-preguntó
-NO- NO- NO
¿Una raya-pez?
NO-NO-NO
-¿No será una ralla?
¡¡Pero eso es otra cosa!!
NO-NO-NO-NO

Como no la entendía,
Ana metió al tigre en la cocina.
Juana vio entonces a qué se refería:
Le dio vitaminas
Le tomó la temperatura
Y le dio una aspirina,
Pero la caída de las rayas no pasó,
y le entró tos.

Entonces Zarpa estornudó,
(pero no fue un estornudo cualquiera):
Fue magistral
Potente
Espectacular.
¡La casa entera tembló!
Y Juana tomó una decisión:
-¡Al veterinario sin hablar!


Hilario, el veterinario,
Tomó a Zarpa por la ídem
Le cepilló el lomo
Le miró la lengua,
Le frotó el morro
Y entonces sentenció:


“Lo que te ocurre, Zarpa querido,
es que tienes la garrapata de la diferencia
se pega en las colas y en las piernas,
y hace que todo sea distinto.
Lo grande es pequeño,
Lo viejo, nuevo,
Y suele dar sueño…

Ahora iremos al zoo
Y verás qué ha ocurrido.
Si tú has cambiado,
Tus amigos (ya verás),
también lo harán
sólo que en diferido…!

-Nooo, gruñó Zarpa.
¡Me llamaban pelón, minino, soso
He escapado de su acoso…!


A llegar al zoo, Zarpa nada entendía:
La jirafa era cuellicorta
El elefante no tenía trompa
El león, desmelenado
El puma, vegetariano…
Los monos estaban callados

Cuando los animales,
vieron a su compañero,
dijeron:
-Zarpa, ¿volverás?
¡No volveremos a reírnos más!
Lo que a ti te ha sucedido…
¡¡A nosotros nos ha ocurrido!!

-Sí, os echaba de menos
(Zarpa no era un tigre fiero).
-Ya sabéis que os quiero.
-dijo,
dándoles un lametón tierno-


Así que, recordad:
Con garrapata o sin ella),
Gente singular,
por el mundo encontrarás.
Que no os importe ser distinto
a los demás.
Todo sería muy aburrido
si fuéramos todos por el mismo camino.

© 2012 Inma Calvo Giménez

7 comentarios:

  1. Un cuento muy bonito, digno de pertenecer a un libro de cuentos para niños..., ellos seguro que serían tus mejores fans

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  2. Gracias, dueña de estos dominios
    Andrea duerme pero mañana sé que tu cuento le va a encantar, tiene 4 años y ya es algo distinta a las demás

    Buenas noches.

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  3. Muchísimas gracias a ambas. Sí, lo mejor es cuando les gusta a los pequeños. Me decidí a publicarlo porque veía que a mis alumnos les gustaba. Zarpa ronronea y encandila...

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  4. La verdad es que desconocía esta vena oculta, pero me he emocionado, tienes que tener un coco muy bien amueblado -nunca lo he dudado, ojo- para que salgan esas cosillas tan tiernas y tan bonitas. Inma, tía, plantéatelo en serio, triunfas fijo.

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  5. ¡Mare! ¿Te has mirado al espejo? Tú sí que tienes buena cabeza y valiente...la primera.No todo el mundo es capaz de hacer lo que tú haces. De todas maneras, estallo; rompo las costuras de felicidad. Gracias

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  6. Este entusiasmo me es familiar... ¡pero no termino de ponerte cara, Anónimo! Escribo por necesidad. Gracias.

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