viernes, 18 de diciembre de 2015

Contribución a la estadística

¡Cuánto necesitaba encontrar la sorpresa en un poema! El objetivo este año para cualquiera: salir del grupo del ochenta y tres; y entrar de cabeza en el de veintitantas.

De cada cien personas, 
las que todo lo saben mejor:
Szymborska, Nobel de Literatura en 1996. Cortesía Reuters.
cincuenta y dos.
Las inseguras a cada paso:
casi todo el resto.

Las prontas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve.
Las buenas siempre,
porque no pueden de otra forma:
cuatro, o quizá cinco.

Las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho.
Las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete.

Las capaces de ser felices:
como mucho veintitantas.
Las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro.

Las crueles,
cuando las circunstancias obligan:
eso, mejor no saberlo,
(ni siquiera aproximadamente)
Las sabias a posteriori:
no muchas más
que las sabias a priori.

Las que de la vida no quieren más que cosas:
cuarenta.
Aunque quisiera equivocarme,
las encorvadas, doloridas 
y sin linternas en lo oscuro:
ochenta y tres.

Tarde o temprano,
las dignas de compasión:
noventa y nueve.
Las mortales:
cien de cien.
Cifra que por ahora no sufre ningún cambio. 

Wislawa Szymborska
Contribución a la estadística

martes, 15 de diciembre de 2015

Huyo, es la peste, de las personas rectas


Acabo el trimestre sin más ganas de escribir que añadir este poema de Jesús Lizano, que llega precisamente cuando cambia la directiva y lo hace en recto. A mí me ha plantado una curva en la cara (el poema, claro). Será que me gustan más los culos, las naranjas y los baños que las reglas, los alfileres y las aristas.


Mi madre decía: a mí me gustan las personas rectas
A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!

El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.

Jesús Lizano
(Las personas curvas)

lunes, 2 de noviembre de 2015

Siguiente, por favor

Con los micros, igual que hago con las recetas de cocina, me gusta escribir un preámbulo, una pequeña explicación que ayude a entender mejor la historia: cuándo se me ocurrió y en qué momento. Si fue un chispazo o fruto de un fuego lento.De hecho, a veces disfruto más escribiendo esta introducción que el relato en sí. "Siguiente, por favor" es del segundo tipo y me va rondando desde hace tres años al menos. Me acordaba de él cada vez que salía a comprar porque el juego del que hablo lo pongo en práctica yo misma para no morirme del aburrimiento. Ahora mismo, tirada en el sofá, acabo de terminarlo. 


El juego había empezado mucho antes de empezar a trabajar como cajera.
Al principio sólo servía para divertirse en las filas inacabables mientras esperaba a ser atendida: ¿a quién tienes delante? Echa un vistazo a su carro y adivina… ¿Vive solo?¿Tiene mascota?¿Comparte su vida con personas mayores? ¿Es un obsesivo del culto al cuerpo? ¿Qué va hacer este fin de semana?
Con el paso de los días su pasatiempo había acabado convirtiéndose en un salvavidas frente a la despersonalización. Lo utilizaba para no sentirse ella misma un código de barras, una anotación más en la pantalla. Todavía no se explicaba cómo su vida había terminado delante de la caja registradora.
- ¡Siguiente, por favor! -
Rollos y rollos de papel de cocina-pañuelos de papel-toallitas-potitos-yogures- un par de cucharillas-pechitos-cambiadores.
Sencillísimo: una madre/ un padre/ ambos/ alguien muy cercano a la familia que echa una mano con las compras imprescindibles. Era el cuarto de este tipo en lo que llevaba de mañana.
-Uno más:
 Whisky-hielo-patatas fritas-nata-velitas olorosas-pizza. ¿Ya está?
Una pareja que se lo va a pasar la mar de bien esta noche. Ajá, sí relativamente fácil también.
Prensa rosa- helado-crema hidratante-cera de depilar- bombones.
Doña corazón solitario que se prepara para una noche más en blanco.
- Mantengan la fila, gracias.
Esparadrapo-salfumán-cuchillas-algodón-lejía- tres cuchillos de gran formato.
Arqueó la ceja. El listado de la compra se salía de los márgenes de la cotidianidad. Enfocó con un atisbo de curiosidad. El cliente tenía un semblante anodino pero su mirada era dura.
-¿Hay algún problema? –murmuró-.
-Ninguno -dijo mientras le señalaba el importe-. Sólo me preguntaba qué haría con esta compra el fin de semana.
Enseñó los dientes en un atisbo de sonrisa y su gesto olía a peligro.
-En realidad no querrías saberlo, preciosa.
Tras pagar en efectivo, arrambló el carrito y desapareció más allá de las puertas automáticas.


Se quedó con la fortísima sensación de que debía haber llamado a seguridad.

viernes, 16 de octubre de 2015

¡Publico!



¡Llegaron!
 Los libros saltaron a mí
al rasgar el sobre.
¡¡¡Y hace tanto tiempo que no digo esto mismo utilizando el presente de indicativo que me cuesta incluso expresarlo por escrito!!! 
Estoy entusiasmada, asombrada, rabiosamente encantada, loca de alegría y la novedad ha conseguido que vuelva a mirar una y otra vez el buzón como hacía de cría porque espero que me envíen los ejemplares de un momento a otro. 
Son 5 líneas-10 líneas de micros de “Vacío" y de “Su verdadera naturaleza”, dos textos que salieron en momentos en que mi vida era puro volcán. 
Doy gracias al blog y a las personas que se detienen en él un minuto/dos. Sé que este balcón (mini) ha sido importante para incentivarme, para sacudirme la pereza de encima porque una de mis autobarreras plenas y poderosas es que me encanta no hacer nada. Pero aún así, no hacer nada no me hace feliz; escribir sí.

martes, 1 de septiembre de 2015

Faltan cartas de amor


Foto de Laura .
Poco, poquísimo sé de fotografía pero recuerdo una conversación que tuve con Asun –que  sí sabía y mucho y bien del tema-en la que me decía que había dos tendencias artísticas/pictóricas aplicables a fotografía: la primera la entendía  como la impresión de la belleza  a modo de cuadro; la segunda, más complicada, intentaba siempre comunicar. La emoción no importaba: podía provocar la sonrisa,  el llanto, podía denunciar un comportamiento o una situación  pero siempre buscaban conmover, sacudir al espectador. La fotografía de los reporteros de prensa está en esta línea y es muy valorada (Photopress): has de tener la sensibilidad en el ojo y una conexión explosiva con el dedo.  A ello se suman los aspectos técnicos que pueden desgraciar la mejor instantánea: luz, encuadre, movimiento…Sin embargo, estos requisitos acaban siendo aleatorios y caen muchas veces en el factor suerte.
Personalmente, soy fan del  segundo grupo, pero en él  hay un subapartado que me agrada especialmente y es aquél que recoge y amplifica  los mensajes que dejan en nosotros la vida cotidiana. Para hacer una buena foto no hay que ir a Kosovo:  basta con saber mirar. Uno de los más grandes, Man Ray, era un mago mezclando humo y surrealismo. Este tipo de fotografía mira por nosotros y te despierta del sopor de un bofetón.
El otro día Laura me envió una foto de este tipo: "Faltan cartas de amor". En realidad, faltan cartas. La imagen está tomada en el Barrio de Salamanca de Madrid pero podía haber sido recogida en cualquier parte. El amor se whatsapea, se garrapatea, se twitea, se escribe y se envía de cualquier modo. Falta tiempo, faltan ganas, falta lanzar el corazón más allá de la pantalla.
¿Cuál es el secreto para escribir una buena carta de amor? (Además de lo obvio, claro)
¡¡No esperar respuesta!!

Cuándo, cuándo se abrirá un blog…

miércoles, 8 de julio de 2015

¿Seguro que estás bien? (Tres micros en uno)

A muchas personas les molestan los ruidos cotidianos, sobre todo si no son los suyos: el agua del canalón desbocado los días de lluvia, las pisadas con o sin tacón, el taladro persistente de quien se pelea con la pared, los sollozos de los niños…
 A mí me encantan. Siempre me han hecho compañía, estimulan mi imaginación y hacen sentirme parte de un ser vivo que sobrevive a los meses de verano en un desierto urbano casi postnuclear.
Precisamente en estos días, si no caigo frita durmiendo a Júlia,  las historias me llegan a través de estos sonidos; que serán domésticos, pero nunca jamás domesticados. Siempre se las han ingeniado para escapar libremente  a través de balcones y ventanas abiertas por mucho que se imponga el aire acondicionado.  Estos tres micros en uno se lo debo a la batidora de Silvia, que me desveló haciendo una papilla de urgencia para su niña.




1 
(En cualquier patio de vecinos)
-¿¡Nenacuándoregreastéis!!?
(MUA-MUA-MUA)
Las escaleras, los patios de vecinos, los ascensores...
todos los lugares comunes de encuentro me fascinan.
-¡Anoche! ¡Llegamos agotados…
-La verdad es que haces mala cara. ¿Te encuentras bien?
-Hija, es que no hemos pegado ojo…Mira que hablé con Lola antes de irnos y no ha servido de nada. Anoche otra vez: mueve los muebles, pasa la aspiradora a partir de las doce, la perra sin parar de ladrar. Su insomnio es un desvelo para los demás…
-Cariño, no te dije nada para no amargarte las vacaciones. A Lola le dio un ataque al día siguiente de marcharos y, sin familia, Cuqui acabó en la perrera.
¿Seguro que te encuentras bien?


2 
-¡¿Pero no hablaste con ella la semana pasada?!
-Toni, es mayor, pero ni está sorda ni está loca…tiene insomnio crónico y no mira por los demás ¿Qué hora es?¿Las doce?
-Las una. La hora habitual para pasar la aspiradora y mover los muebles. ¡¡Rediós!! Voy a deshacer el equipaje y aprovecho este desvelo. Señor, qué cansancio…Ten, que te están entrando whatsapps.
Si por lo menos se callara la perra…
- Mhh. Es Carmen, que nos ha visto entrando las maletas…Otra que sufre a Lola. Nos pregunta qué tal estamos… 
-¿Por qué pones esa cara? ¿Qué les has dicho?
-“Marga, a Lola le dio un ataque la semana pasada. No te dije nada para no amargarte las vacaciones. Su piso está vacío y Cuqui en la perrera. ¿Seguro que estás bien?”

3
RINGGGGG
-¡Va!
-(Abriendo la puerta) Marga, acabo de encontrarme a Carmen en el portal y a qué no sabes qué me ha contado…¿¿Pero qué es este ruido??

-Lleva así desde que me dejaste. Está claro que hablar con Lola no sirvió de nada. Los muebles de aquí para allá, la perra ladrando, la aspiradora a plena potencia…¿Por qué pones esa cara? ¿Estás bien?

jueves, 21 de mayo de 2015

45 minutos

Le había costado su antiguo número, pero entendió inmediatamente que había valido la pena: admiró su tacto, su diseño innovador, el color, la rapidez del navegador. Que tuviera que recogerlo justo ese mismo día era una suerte. ¡Hoy!¡Precisamente hoy que tenía 45 maravillosos minutos libres!
Llegaron a la piscina y se sentó en el punto estratégico: exactamente entre la pared y la cámara de refrescos. El lugar idóneo para mirar sin ser visto y para aislarse del resto de padres. 
Así, mientras su niño se lanzaba al agua; él pudo zambullirse en el mundo virtual: correo-twitter-facebook-un blog-otro blog-un comentario-rápido-rápido-otro comentario-pinterest-google. 45 minutos para ponerse al día, para explorar, para volar. Su inmersión fue tan profunda que no oyó ni escuchó nada más. Sólo la alarma le sacó de su ensimismamiento para indicarle que debía volver al vestuario.
Cuando levantó la mirada, no vio a nadie al otro lado del cristal. La sala de espera también estaba desierta. Los padres se agrupaban justo en la entrada y le lanzaron miradas que no supo interpretar.
Sólo empezó a preocuparse al vislumbrar las batas blancas y los agentes uniformados.

-Usted es el padre que andábamos buscando…

jueves, 14 de mayo de 2015

Pequeños accidentes caseros

"Berna Wang reflejada en un Millares"
Foto: Francisco Javier Garín.
Museo Abstracto de Cuenca.
A Berna la sigo desde que su “Mirada oblicua” detenía mis salidas explosivas camino al trabajo. Afilaba (y afinaba) la oreja e intentaba recordar o garrapatear donde podía sus poemas, sus pensamientos, sus versos breves cercanos al haikú que me conmovían por su intensa expresividad y que después intentaba utilizar para enriquecer y engraciar (me temo que me invento esta palabra) mis artículos sobre la actualidad gris.Si bien su espacio en RNE terminó en el 2008, en el espacio han quedado los últimos post que se emitieron (“En el cielo de Madrid “sólo” se ve Júpiter) y que he enlazado junto a otros blogs que también escribía. Es diferente y profunda; sabe dar  la vuelta a la cotidianidad para saborearla desde otra perspectiva. Siempre sienta bien aunque, en esta ocasión, sepa a desamor.
Publica, Berna, ¡publica! Desde aquí se te echa MUCHO de menos.
(Yo también hablo con los objetos).

Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir la botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de pena,
que tengo el corazón en carne viva.
Que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos

cada día


Berna Wang, Pequeños accidentes caseros
AdamaRamada ediciones, 2004



-Gracias a Emma Gunst por recordarme lo buena-buenísima que es




martes, 14 de abril de 2015

Escritura-Docencia-Escritura


El hecho de ser una persona instintiva y no sistémica me ha hecho replantearme este oficio unas mil veces a lo largo del año. Durante mucho tiempo he tenido la fortísima sensación de estar pasando bien por un divorcio o por una elección errónea en la que abandonaba a mi amante y me quedaba con un marido. Sin embargo, no sé cómo, ni cuándo, ni por qué y sin querer (¡y pese a mí!), estoy aprendiendo la belleza de enseñar. Ahora bien, esto lo hago a mi manera: toreando como puedo a la gran maquinaria administrativa, a quien  menosprecio porque menosprecia, y a quien comparo con un monstruo triturador. Esta rueda feroz asfáltica y dentada obliga al docente y al alumno a convertirse en engranaje de la gran fábrica de hacer ladrillos que diría Assumpta.
Ya he entendido que este oficio situacional y circunstancial no me anula. No acabará con quién soy porque la educación no puede remediarme gracias a Dios. Sin la escritura y la expresión no soy. La llevo dentro, forma parte de mí como una extremidad o como el cabello, y lo que tengo que encontrar es espacio y tiempo para airearla. Y no tener ni uno ni otro tampoco es culpa de la docencia. Ahora, la clara diferencia es ser consciente  de que lo que hago me está gustando y organizo mis días intentando que ningún alumno vuelva a pensar como yo lo hago, ni como José Hierro o como el mismo Goytisolo escribía: 
"Para que nazca un artista es necesario (...)
que cierren los colegios y las cárceles". 

 Dejo este poema de Joan Maragall, a quien prometo leer más. 


La docencia sólo es salvada por los chavales.


Estima el teu ofici,

la teva vocació,
la teva estrella,
allò pel que serveixes,
allò en què realment
ets un entre els homes,
esforça’t en el teu quefer
com si de cada detall que penses,
de cada paraula que dius,
de cada peça que poses,
de cada cop de martell que dónes,
en depengués la salvació de la humanitat.
Perquè en depèn, creu-me.
Si oblidant-te de tu mateix
fas tot el que pots en el teu treball,
fas més que un emperador que regeix
automàticament els seus estats;
fas més que el qui inventa teories universals
només per satisfer la seva vanitat,
fas més que el polític, que l’agitador,
que el que governa.
Pots desdenyar tot això
i l’adobament del món.
El món s’adobaria bé tot sol,
només que cadascú
fesel seu deure amb amor,
a casa seva.

viernes, 27 de marzo de 2015

Primavera Celaya, primavera



Me he encontrado con una hora libre, una hora que a la vez me sabe a poco y me sabe a gloria; así que escribo contenta y brillante con una alegría que me corre por las venas y que se me desparrama por los cuatro costados.

"Repitámoslo. Recémoslo: Nadie es nadie"


 Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.


Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,

para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.


Me encuentro a la vez con estos versos y con  la primavera agazapada detrás de la pantalla. Celaya ha estornudado sobre mí, sobre mi teclado, lo ha dejado todo oliendo a vida plena y consigue que me olvide del  gris denso que tengo en mi espalda. Oreo el aire como un animal, siento este frío que ya no lo es tanto, y  Montse, los dosieres y el eterno retorno se disuelven, porque Celaya está aquí gritándome, diciéndome lo que ya sabía: ¡mantén tu alma disponible, vete con las nubes! Los grandes ventanales de la Sala no pueden contener este ímpetu vital.

¡Cómo es posible que nadie más la sienta!.




Mayo entra y sale desde un aula de diversidad.
Cuando salgo a la calle silbando alegremente
--el pitillo en los labios, el alma disponible--
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican de alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que siente?

 

Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarse en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?

Fragmentos de La poesía es un arma cargada de futuro (Cantos Íberos) y Momentos felices (De claro en claro)

"La poesía no es un fin en sí. La poesía es un instrumento, entre otros, para transformar el mundo. No busca una posteridad de admiradores. Busca un porvenir en el que, consumada, dejará de ser lo que hoy es." 
(Historia de mis libros-Itinerario poético, 1975)