viernes, 30 de septiembre de 2016

Literautas (Ya no soy la misma)

Literautas es muchas cosas: un proyecto editorial, una web de escritores y lectores, un recurso inagotable de material creativo pero es, fundamentalmente, una sorpresa constante. Entre las muchas iniciativas que tienen en marcha, han creado un taller en el que a partir de dos palabras debes crear un texto de 750 palabras, como máximo.
"Ya no soy la misma" fue el primer relato corto que escribí para ellos siguiendo las claves "museo" y "arena". Si además querías participar en el reto opcional (o póngase usted a rizar el rizo) tenías que incluir asimismo los términos "loro", "tormenta" y "cartero". 

Ahora, Literautas publica en papel y en versión digital una antología de los mejores relatos de este curso, en el que también podrás encontrar este cuento (y yo, evidentemente, estoy tan feliz que rompo las costuras). Los beneficios de la edición impresa van dirigidos íntegramente a la ONG Educación sin Fronteras. 
Más información en su web www.literautas.com

YA NO SOY LA MISMA


A primera hora me sorprendió la tormenta. La lluvia cayó torrencial empapándome a mí, al cartero con quien me choqué maldiciendo, a los vecinos y a los turistas que vieron cómo el aguacero inesperado les arrancaba repentinamente de la arena y de las esterillas. Crucé la calle y corrí a resguardarme en los soportales del museo local que, sin duda a aquellas horas, albergaban a más personas que las salas interiores.
Estoy seguro que jamás me habría fijado si no hubiera sido por aquella camiseta de inspiración tropical que llevaba. Los papagayos, los loros y los flamencos del estampado destacaban entre el gentío. Estaba igual, igual, igual, con una hermosura que dolía, pero con una diferencia en su persona que provocaba el desgarro. Aquello no era una herida reabierta; sino la confirmación lúcida y plena (ahora sí) de que jamás habría esperanza para el regreso. Hacía ya tres años que no nos veíamos.
Intenté zafarme pero me cogió del brazo mientras tiraba de su acompañante. Me sentí morir.
-Intenté decírtelo, pero ni yo misma sabía cómo. Siento que te hayas enterado así- dijo a bocajarro-
 -No tienes que darme explicaciones, Paula.
-Lo sé. Ahora soy Pau.


2 comentarios:

  1. Hace poco le pedí a un profesional que me analizase un cuento. Creo que es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Pero me habló de la necesidad de comenzar con el «tema» del cuento —evidentemente, tiene razón en mi caso; es la única forma de resultar entendible con lo farragoso que soy—. Éste es un precioso contraejemplo de como un río puede fluir desde la montaña al mar sin saberse lo que habrá tras el siguiente meandro, pero sin perder la unidad y el sentido.

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    1. Preciosisíma metáfora pero exagerada. Supongo que una de las cosas buenas que dejó en mí el periodismo fue la capacidad de sintetizar y eso sí que es necesario en los micros. En "Literautas" siempre hablan de la importancia de mostrar y no narrar, en dejar flecos sueltos de manera que sea la imaginación del lector quien termine la historia. Y si quieres que te diga la verdad, a mí no me pareces farragoso...Yo admiro la capacidad de producir textos más extensos. Personalmente no puedo, no me sale, me sobran siempre caracteres y palabras.

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