Como por algo hay que escribir,
escribo.
Escribo al limón y mi marido riega.
Tengo la casa vacía,
sin niña intensa.
La echo de menos.
A ella y a su alegría.
Su estar en todas partes,
su habitación inmensa.
Me voy a ver a mi madre,
que ya no es ella.
Que no recuerda quien era.
Su carácter y su mal genio,
su introversión verdadera.
Ahora todo le parece bien
y todo es "lo que tú quieras".
Pero, ay, cuando te conectas...
Cuando veo tu llama y tu fiera...
Como antes me espantabas,
ahora me alegras.
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