jueves, 23 de febrero de 2012

Pasión sin anestesia

Me compré el libro de Elsa Punset hace más de dos años tras ver una de sus entrevistas en la 2 de casualidad. Pero, por entonces, en pleno colapso, así como no podía escribir una línea, tampoco podía leer nada que no fuera puramente académico; así que el libro, que tanto bien me habría hecho, quedó en la estantería durmiendo el sueño de los justos hasta que llegasen tiempos mejores. He tardado más de un mes en acabarlo y ha sido buena señal porque, en contra de lo que suele ocurrir, cuando una obra me gusta tardo en terminarla. Subrayo las ideas, doy vueltas a las frases y a las estructuras, y saboreo las palabras en plan gourmet. Consumo un párrafo, o dos o tres hasta que llego al final. Y he dejado constancia de que he pasado por allí porque el final, y el principio, y la parte central el libro lo tengo tan rayado que da miedo verlo. Qué no le dejarían hacer y decir a esta mujer si le concediesen 5 minutos más en pantalla, si no tuviese que hablar haciendo cabriolas ni perder el tiempo contestando a unos peluches despeluchados.

Elsa dice que para vivir basta con ser lo más brillantemente uno mismo que sea posible e interpreto sus palabras como una necesidad intrínseca de respetar aquello que te hace brillar, ya sea un deporte raro, un oficio sin futuro o una actividad que los demás no entienden. Recuerdo la época en que debía elegir estudios y mis compañeros y amigos se decantaban por cierto camino que a mí me parecía insufrible; no porque les gustase, sino porque “tenía más salida”. Y pensaba: “Pero Dios mío qué aburrimiento. Qué manera de cortarte las alas, ¿Qué asegura tu futuro? ¿Asegurar tu futuro te hará feliz? Yo que acabo de hacerlo, no soy más feliz ahora que cuando vivía en la inestabilidad. Otra cosa son los motivos que te impulsen a cambiar de rumbo pero el miedo al futuro no puede ser una razón. El miedo al miedo no conduce a ningún sitio.
Me declaro urbanita, me gustan los ordenadores y adoro conducir, pero sí creo que mantengo el instinto y lucho por mantener este canal abierto, por alejar esta falta de pasión que veo diariamente en mi entorno. Esta falta de pulso, este desmayo que no entiendo. No estoy habituada, y espero no hacerlo jamás.

 

“La falta de pasión se ha convertido en uno de los problemas más acuciantes de una sociedad obsesionada con la vida urbana, la tv, los coches, las comodidades, los ordenadores, las soluciones rápidas…es la vida exprés. Encerrados en casas, apilados en pisos, cada día vivimos más alejados de la vida salvaje. Vivir se ha convertido en un camino que exigimos seguro: no queremos correr el menor riesgo. En el mundo seguro y anestesiado donde vivimos la pasión se ha refugiado tan sólo en el amor pasional. Como éste no suele ser ni frecuente ni duradero, el siguiente recipiente natural de la pasión parece ser el sexo. Pero en las relaciones sin pasión no hay sexo apasionado. Es un detalle que intentamos sobrellevar cambiando de pareja, pero no tiene fácil solución.
Cuando se busca la pasión fuera de uno mismo cuando algo tan básico para la felicidad pasa a depender de otro, el resentimiento y la decepción son inevitables. Decía Georges Duhamel: “si quieres amistad, dulzura, alegría, llévalas contigo. Todo lo que necesitas está dentro de ti”.
-Podría haber añadido una imagen de Elsa, pero prefiero este vídeo de Paolo Conte. Tan mayor, tan vivo y apasionado, con una entrega hacia el micrófono que eriza la piel-

Pon pasión en toda tu vida, cada día, cada minuto.
“La sua origine d’Africa,

la sua eleganza di zebra,

il suo essere di frontiera, una verde frontiera

una verde frontiera tra il suonare e la mare"

Alle presse con una verde milonga...














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