jueves, 29 de septiembre de 2011

Milan



Milan Kundera dice que todas las personas necesitamos un público, de manera que nos clasificamos en cuatro grupos marcados por la mirada de los demás:
En el primero están los individuos que precisan a la gran masa anónima. Aquí entrarían los actores, los cantantes, los periodistas y los escritores.

En el segundo, se hallarían aquéllos necesitados de afectos reales provinientes de amigos. Son las personas que tienen un grupo social amplio, y que se preocupan constantemente de mantener la cohesión entre todos ellos organizando encuentros, cenas, reuniones de todo tipo...

En el penúltimo grupo de esta tipología están los enamorados, quienes sólo buscan la mirada de la persona amada.

El último -y, según Milan, el más valioso-está destinado a los soñadores: aquéllos que escriben y actúan pensando en quién no está presente, en una ausencia eterna de la cual no se curan.

Me pregunto en qué clasificación me incluyo. Creo que he oscilado por todos y parte de mí se identifica con cada uno de los subgrupos, pero ya no plenamente. Desde luego, el último es mi favorito. Me caen bien los soñadores, las personas que viven en otro plano. Los reconozco a la primera y más si son jóvenes. Siempre les perdono que no hagan caso, que descuiden las contestaciones. ¿Dónde estás? Probablemente, huyendo de una realidad que no te dice nada... 

El desconocimiento que en Occidente tenemos de nosotros mismos resulta aterrador.

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